Nos sentamos esta semana para nuestro almuerzo de Acción de Gracias, una pausa que no planeas necesitar y que solo reconoces cuando finalmente te sientas.
Gracias a todos los que vinieron, cocinaron, trajeron platos o simplemente tomaron asiento y conversaron.
A medida que el equipo crece, estas pausas importan más.
Nos dan un espacio para vernos de verdad, no solo trabajar uno al lado del otro.
Eso es lo que queremos seguir construyendo: hábitos simples, mesas compartidas y momentos en los que sientas que perteneces.