El mejor sabor es un sabor que se vende.
Durante un proyecto universitario de ciencia de los alimentos, tuvimos que hacer un mac & cheese de langosta vegana. Era solo un prototipo. Pero en el momento en que el sabor encajó, el umami, el toque salino, los sabores tradicionales quedé enganchada.
Ese fue mi momento de “esto es lo mío”.
Conozcan a Anishka, la fuerza creativa detrás de algunos de nuestros avances más emocionantes en sabores.
Hablamos con ella sobre qué la motiva, cómo aborda la creación de nuevos sabores y qué distingue a Aromatech en el cambiante panorama de la industria.
Mi entrada en la industria de los sabores fue algo fortuita, como la de muchos de mis colegas. Mi primera introducción al campo fue en una clase universitaria de ciencia y tecnología de los alimentos, donde quedé fascinada con la idea de usar un sabor de langosta vegana en un prototipo de macarrones con queso congelados. Como mi madre y mi abuelo eran vegetarianos, aquello despertó una verdadera fascinación por cómo los sabores podían recrear gustos tradicionales. Fue un “momento bombilla” para mí, y comencé a darme cuenta del enorme potencial de la ciencia de los sabores.
Tras graduarme en nutrición culinaria, buscaba con ganas una pasantía en desarrollo de productos. Durante mi búsqueda, encontré un PDF viejo con oportunidades de prácticas en una casa de sabores. Aunque el documento estaba claramente desactualizado, sentí que debía intentar contactar. Ese instinto me llevó a mi primera experiencia real en la industria, y desde ahí empezó mi camino en el desarrollo de sabores.
Nunca logro una formulación perfecta al primer intento, siempre hay espacio para ajustes. Ya sea mejorar la solubilidad, modificar el impacto o cambiar el orden de adición, siempre hay detalles que afinar. Muchas veces me concentro en equilibrar el impacto final con la intensidad aromática. Lo ideal es crear un sabor que no solo tenga un gusto agradable, sino que también perdure en el paladar. La intensidad aromática es clave, porque es la primera impresión que recibe el consumidor.
Es esencial desarrollar un sabor que cumpla con el brief, pero que también ofrezca una experiencia disfrutable y viable. Un consejo de un mentor que siempre recuerdo es: “El mejor sabor es un sabor que se vende”. En otras palabras, debemos dejar a un lado nuestras preferencias y escuchar de verdad lo que necesitan y buscan los cliente
Ese balance es uno de los retos más interesantes en el desarrollo de sabores. Como flavorista, creo que es esencial mantener una armonía entre estas dos fuerzas. Por un lado, la creatividad viene impulsada por las tendencias y lo que desean los consumidores, ya sea combinaciones únicas como lo dulce-picante (swicy) o la búsqueda de experiencias novedosas. Por otro lado, las exigencias regulatorias, como la certificación orgánica o los requisitos de etiqueta limpia, determinan qué es posible o no en la práctica.
En realidad, ambas fuerzas están guiadas por los consumidores. La innovación creativa nos empuja a explorar, mientras que las regulaciones nos obligan a replantear ingredientes o fuentes. No las veo como un límite, sino como una oportunidad de resolver problemas y encontrar soluciones. Al final, se trata de mantener la mente abierta, respetar los marcos regulatorios y lograr productos innovadores, cumplidores y listos para el mercado.
¿Quieres que revele mi ingrediente secreto? ¡Es broma! Gracias a mi experiencia en sabores salados, he podido experimentar con materiales poco convencionales, como usar moléculas aromáticas saladas en formulaciones dulces, y viceversa. Lo más sorprendente que he aprendido es que casi cualquier material puede funcionar si se integra con intención y propósito.
La clave es justificar su rol. Siempre me pregunto: ¿es nota de salida, media o de fondo? ¿Está para resaltar, equilibrar u ocultar otro elemento? Una vez definido, construyo una estructura de soporte alrededor. Esa infraestructura hace que lo inesperado se sienta intencional y armonioso. No se trata de impacto por impacto, sino de combinar creatividad y técnica para lograr algo sorprendente pero coherente.
Aromatech se diferencia en varios aspectos clave.
Primero, nuestras relaciones de colaboración profunda con los clientes. No solo entregamos sabores, sino que trabajamos junto a los equipos de I+D para resolver problemas y ofrecer soluciones adaptadas. Somos más que un proveedor: somos una extensión de su proceso de innovación.
Además, destacamos por el nivel de innovación que llevamos a las presentaciones. Siempre llegamos con conceptos de vanguardia que abren nuevas posibilidades. Pero nuestra mayor fortaleza está en la calidad excepcional de nuestras materias primas. Nuestro riguroso proceso de selección involucra a Control de Calidad, Aseguramiento de Calidad, Compras e Investigación e Innovación. Esta integración asegura que trabajemos solo con lo mejor y en línea con nuestro compromiso de excelencia en la creación de sabores.
Mi consejo es mantenerse siempre curioso y en constante aprendizaje. La industria evoluciona sin parar, así que hace falta ser tenaz y adaptable. Sumérgete en los matices de los sabores y sus aplicaciones. Una gran manera es ampliar tu conocimiento de las cocinas regionales y sus tradiciones, cada una tiene perfiles únicos que enriquecen tu repertorio creativo.
También recomiendo poner atención a los sabores y texturas de tus comidas diarias. El gusto es multidimensional y hay que entrenar el paladar para identificar y descomponer notas, desde un matiz en una mezcla de especias hasta la sensación en boca de un ingrediente. Se trata de involucrarse de forma constante con el mundo de los sabores y dejar que la curiosidad marque el camino.
El recorrido de Anishka es un recordatorio de que el sabor no es solo ciencia o arte: es el puente entre innovación y experiencia.
En Aromatech, ese equilibrio es lo que hace que el mejor sabor sea un sabor que se vende.